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ÓRALE MÉXICO

La primera vez que visité México fue hace 32 años, con mi mamá, como regalo de quinceañera. Fue aquí donde mami se inició como actriz de teatro, mientras mi papá sacaba su especialidad médica. Fue aquí donde mis padres tomaron 2,672 fotos a mis hermanos Mariana y Alito cuando eran chiquitos. No es cuento. Comparadas con las 30 que existen de toda mi niñez (yo llegué casi dos décadas más tarde y mis papás estaban cansados), a ellos les fue mejor con eso de “quedar para la posteridad”… ¡Ya me despisté! . De aquel viaje por mis 15 primaveras no tengo los mejores recuerdos…Estaba atravesando una adolescencia macabra, era un manojo de complejos; cero curvas, frenillos en toda la dentadura, y un corte de pelo al estilo “Cristóbal Colón” que dejaba mucho que desear (les debo la foto). Para rematar coincidí con unos muchachitos ticos que hicieron miserable mi estadía…¡Podría escribir un guión de comedia sobre eventos desafortunados de aquel paseo! En fin. Regresé mucho tiempo después, solo par

3 AÑOS

“El miedo te hace más fuerte.” Eso dicen por ahí, pero no siempre es verdad. A mi muchas veces me ha hecho sentir débil y vulnerable. Lo sigue haciendo. En  estos tres años desde mi cirugía a corazón abierto, puedo decir que he aprendido a vivir con él, y de cierta manera burlarlo. Talvez  reírme del miedo -y convertirlo en guiones de comedia- ha sido uno de los mejores alicientes para cuando siento que me va a vencer. Siempre cuento que estando a la espera de la operación, decidí escribir un show que contara toda la trayectoria del antes, el durante y el después de mi intervención. De visualizar y manifestar constantemente “el después”  -viéndome subida en un escenario, haciendo reír a un montón de gente-  se resume la razón por la que no me morí de la angustia durante “el antes y el durante”. Muchas cosas han pasado en estos tres años. A finales de este abril me habré presentado 13 veces, en distintos escenarios, ante maravillosas audiencias. Si no han ido aún a uno de mis Sit-Down C

EL SILENCIO CÓMPLICE

CON MOTIVO DEL 08 DE MARZO. Este blog los hará reír, pero también reflexionar. El siguiente artículo lo escribí y fue publicado en Delfino.cr al cumplirse siete sábados desde el 07 de octubre del 2023, cuando el grupo terrorista Hamas llevó acabo un ataque sin precedentes, y se ensañó con una furia inenarrable contra la población del sur de Israel. Murieron más de 1200 personas, 250 fueron secuestradas, incluidos bebés, niños y ancianos.  Pero lo que me llevó a escribir la nota fue lo que empezó a surgir de los testimonios de familiares, amigos, de los paramédicos, soldados, oficiales de policía y médicos forenses tras el atentado. Cientos de niñas y mujeres (e incluso varios hombres) fueron víctimas de uno de los más brutales actos de VIOLENCIA SEXUAL SISTEMÁTICA registrado en los últimos 60 años de historia moderna, tanto en las comunidades (kibbutzim) colindantes con Gaza, como para quienes desafortunadamente estaban en el festival de música Nova, en la localidad de Re’im. Cuando en

CUANDO LOS HIJOS CRECEN Y LAS COSAS CAMBIAN

De adolescente me imaginaba como una alta ejecutiva de una empresa. Habían calado en mi esas películas de principios de los 90s, en las que las mujeres ocupaban cargos corporativos importantes, y si bien no tenía muy claro que quería estudiar en la universidad -pensaba en derecho, arquitectura o ‘business’- lo que sabía era que a lo artístico no me iba a dedicar… Tener una madre artista, a quien nunca le sobró el dinero, me había marcado profundamente, y en ese campo no veía mi futuro. Pero como uno propone y D-os dispone, me salió el tiro por la culata… Me matriculé en la carrera de Administración de Empresas. Y me quedé en el primer cuatrimestre de aquella materia que le decían “Mate-125”. ¿Qué diantres estaba pensando si en la escuela y el cole siempre pasaba de milagro matemática básica? El profesor del curso de la U (cuyo nombre no recuerdo, pero era un gordito simpaticón), se me acercó mientras yo lloraba sobre mi examen final, y me dijo algo así: “Esther, lo suyo no son los núme

ESTA SOY YO.

¡Hola a todos!  Mi nombre es  Esther Lev Schtirbu, no tengo diminutivo, pero algunas de mis amigas por ahí me dicen Esthercita, y en casa soy Flaca, Maaaaa (con acento de borrego/ ternero) o ¿Mami? (siempre con signos de pregunta), dependiendo del hijo y las circunstancias. A veces en los consultorios médicos me dicen “Doña Scarlett”, pero esa historia queda para otra nota. Sin embargo ante el espejo que refleja mi imagen todos los días, soy Esther, “La Incorregible”. La que básicamente ha hecho siempre lo que le ha dado la gana, aunque no siempre haya sido lo mejor. Nací y vivo en Costa Rica, soy orgullosamente judía, de padre costarricense y madre argentina. Mis abuelos paternos emigraron de Polonia a Costa Rica antes de la Segunda Guerra Mundial, y los maternos desde Rumanía a Argentina, a principios de los años 20s. Fueron muy perspicaces al darse cuenta lo que se venía en Europa, y gracias a esa movida, estoy hoy aquí. Tengo 47 primaveras en mi haber, y soy comunicadora de profesi